Como madre primeriza, la vista, y buena parte del dinero, se me fue en cosas para mi hijo. Cuando pasamos por la sección de calzados, nos quedamos embobadas viendo los diferentes modelos, tan pequeños, tan monos… Mi madre comentó entonces lo maravillosa que es la modernidad y lo afortunada que era de haber nacido en ella.
Según me contaron, cuando ella y mi abuela eran pequeñas no había apenas variedad. En su época, el calzado era un privilegio que solo las personas con mucho dinero se podían permitir. La gente de campo, como mi abuela, tenía que servirse de reutilizar las sandalias de los hermanos, muchas veces gastadas y bastante remendadas. No había podólogos, ni artefactos para corregir posturas… ¡Y ya ni hablar de cirugías correctoras! Si nacía un bebé con alguna malformación, quedaba con ella, pues en el campo la prioridad era trabajar para sobrevivir, y los médicos y especialistas eran una rareza que pocas veces se veía en la zona.
La vida era definitivamente más dura, sobre todo en el ámbito de la salud, los bebés y los niños pequeños.
De las sandalias rígidas de cuero de ayer hasta el calzado inteligente de hoy
Con todos estos adelantos científicos, existe una evidente mejora en la calidad de vida con respecto a la generación de nuestros padres y abuelos. La salud ya no es un privilegio reservado a unos pocos, sino un derecho fundamental accesible para todos. La mortalidad infantil ha bajado enormemente, y los niños tienen altas expectativas de vida. Tanto nosotros como los sanitarios nos encargamos de que la salud de nuestros pequeños sea minuciosa, abarcando desde sus revoltosos cabellos hasta sus redondos y gorditos piececitos. La mejor parte es la seguridad y tranquilidad que nos trae el saber que, como padres, tenemos multitud de alternativas para elegir lo mejor para nuestros hijos y, como no, elegir un buen calzado es tan fundamental como cualquier otra elección sobre su salud.
Nuestros peques tienen una gran variedad de zapatos modernos y respetuosos, de materiales flexibles, naturales que ayudan al desarrollo y buen crecimiento de esa zona tan delicada como son sus piececitos. Además, los médicos y especialistas cuentan con herramientas increíbles para ayudar a los pequeños que puedan padecer problemas de locomoción, equilibrio o postural ¡Y damos gracias por ello!
Muchas variedades ¿Cuál es la correcta?
Aunque hay diversas opiniones, casi todos los especialistas coinciden en algo: no hay que forzar al bebé que gatea o da sus primeros pasos a usar calzado, lo más natural al aprender a CAMINAR es ANDAR DESCALZO. Y aún más si tu bebé solo se mueve por casa, en cuyo caso lo ideal es dejarlo a su aire, explorando su entorno y plantando firmemente sus pies en el suelo. A lo sumo, en caso de que las temperaturas bajen y los suelos estén muy fríos, con un par de calcetines antideslizantes bastará para protegerlo.
Esto es muy importante y tiene su razón de ser. El niño necesita reconocer su entorno, aprender sobre texturas y superficies a través de sus pisadas. Es fundamental recordar que mientras más “libre” esté el pie, mejor será su desarrollo. En estos casos, los calzados de la Gama Baby de Freycoo son ideales para etapas tempranas de gateo y primeros pasos fuera de casa.
Cuando los niños ya estén más grandecitos, y exploren más allá de los confines de su casa, como el jardín, el parque o la guardería, si comenzará a ser necesario que ande con zapatos. Sin embargo, no cualquiera es adecuado: deben ser zapatos de suela flexible y que se adapte perfectamente al contorno de sus pies. De esta forma, el zapato brindará comodidad, buen agarre y ajuste sin comprimir ni ahogar sus pies, proporcionándole estabilidad y confort al caminar, correr o saltar. En estos casos, los mejores sin duda, y lo digo por experiencia propia, son la variedad de Baby Flex, porque permite movimientos libres y seguros. Además, sus cierres de velcro son de fácil ajuste.
Suela flexible en los zapatos: Lo más importante
Una vez los niños son más grandes, y el caminar es más estable y confiado, el calzado se convierte en la mejor herramienta para ayudar a su desarrollo y crecimiento. Pero de nuevo, no basta simplemente con comprar el primero que veamos, hay que tener en cuenta los materiales y características de los zapatos. Uno de los rasgos más importantes, al que hay que prestar atención, es la suela flexible, el requisito más significativo que debe llevar el calzado. Esto es debido a que los niños en sus actividades van a necesitar de tres aliados fundamentales para poder movilizarse:
- Libertad: El calzado tiene que brindarle libertad de movimientos, no debe ser rígido ni duro y los materiales con que este hecho deben ser lo más naturales posible, permitiendo a sus pies respirar, y amoldarse a ellos, facilitando la movilidad.
- Comodidad: La comodidad es esencial, si el zapato le constriñe, aprieta o roza, no podrá saltar, caminar o correr a gusto. Por ello, la suela debe ser flexible, para que pueda adaptarse.
- Seguridad: Por último el calzado debe brindar seguridad al pisar. La suela, además de flexible, debe brindar un buen agarre a las superficies para eviar caídas y tropiezos lo que podría causar daños, golpes y torceduras, sobre todo cuando quieran escalar en los parques o trepar a los árboles, por ejemplo.
Por otro lado, otra de las recomendaciones a tener en cuenta es evitar los cordones, ya que suelen ser causa de tropiezos al soltarse constantemente.
Por lo tanto, lo mejor es evitarlos hasta que sea un poco más grande y sea capaz de atarlos por sí mismo. Como alternativa, lo ideal es buscar zapatos con velcro, una opción muy fácil de poner y quitar, ideales para niños en entrenamiento. La mejor recomendación que me han hecho para esta etapa es la Gama Flexy, de materiales duraderos, así como naturales y resistentes, son ideales para esos niños más atléticos y aventureros.
En conclusión: Lo importante es recordar que la movilidad del niño y la exploración de su entorno son las primeras fases de su crecimiento, durante las que hay que incentivarlo a conocer todo lo que le rodea desde que gatea hasta que corre, salta y camina con seguridad. A lo largo de este proceso, lo ideal es que esté acompañado del mejor aliado: Un calzado respetuoso y flexible, que le permita disfrutar la aventura de vivir.