Para nosotros que somos papas ver crecer a nuestros niños es una de las más hermosas experiencias que tiene la vida para ofrecernos. Disfrutar el embarazo y todo lo que conlleva sentir esa vida crecer en nuestro interior. Escoger el nombre de nuestro bebé, entrar a hurtadillas a su cuarto sólo para verlo dormir plácidamente, estoy segura que todos sentimos en el corazón esa emoción que nos conmueve y hace que se nos empañen los ojos por las lágrimas aunque luego digamos que se nos metió algo en el ojo.
No importa si los vemos jugar, o que los escuchemos decir su primera palabra, son momentos que nos enternecen o nos hacen reír tal como le pasó a mi amiga Elena, cuyo bebé en lugar de decirle mamá a ella, se lo dijo a una vecina que estaba de visita; sea cual sea el caso una salud óptima y el buen desarrollo de nuestros hijos siempre será motivo de alegría y satisfacción.
Nuestros niños no empiezan a reconocer el mundo que les rodea desde que se inician en el gateo, lo hacen desde mucho antes. ¿Te has dado cuenta que los bebés de meses y niños pequeños suelen meterse las manos a la boca, y los pies también, continuamente? Pues bien, eso pasa porque sus pequeñas extremidades están llenas de terminaciones nerviosas y en esa etapa temprana su sensibilidad táctil exteroceptiva es la que se encarga de enviar a su cerebro en desarrollo los estímulos y la información del medio ambiente que les rodea, así empiezan a reconocer sabores, formas y texturas. Es por ello que los especialistas y pediatras recomiendan, y lo consideran importante, que no se les ponga calzado a los bebés más allá de un par de calcetines para protegerlos del frío, ya que sus pies necesitan libertad de movimiento y no verse comprimidos por calzado.
Cuando empiezan a gatear, a agarrarse a los muebles, a ponerse de pie o a dar sus primeros pasos, solemos preocuparnos un poco más porque tememos por su seguridad y bienestar. No en balde procuramos quitar todos los obstáculos de su camino que puedan lastimarlos, como por ejemplo poner cubiertas de plástico en las esquinas de las mesas, los seguros en las cajones y los inodoros para impedir que los abran o esas útiles barreras en las escaleras para evitar caídas accidentales.
Bebés en movimiento
Si tu bebé ya empieza a mostrar signos de querer moverse y gatear, tal vez pienses que deberías ir buscando un par de zapatos de esos monos que se ven en las tiendas. Pues tengo noticias para ti, ¡aún no es momento de ponérselos! Aunque tengas la tentación de comprar esos zapatos el momento no ha llegado, si lo que te preocupa es que intente ponerse de pie y que se resbale con los calcetines, unos con antideslizante son más que suficiente, así evitarás que se resbale si intenta ponerse de pie, le darán más fricción al gatear y le proporcionarán calorcito si hace frío.
Pasito a pasito: El viaje de un explorador
Si por el contrario tu niño ya empieza a sostenerse sobre sus pies y trata de dar sus primeros y vacilantes pasos será tiempo de pensar en sus primeros zapatos, pero cómo saber cuáles son los que les convienen? Marcas de calzados inundan el mercado, cada cual más bonito y vistoso, pero no siempre son los que necesitamos. Una buen zapato tiene que darle libertad de movimiento al pie, no restringirlo, mucho menos apretarlo y crearle incomodidades al pequeñín. El material debe ser lo suficientemente flexible para amoldarse correctamente a su anatomía y que no le cause fricción ni rozaduras. Los zapatos respetuosos diseñados específicamente para bebés son la mejor opción, especialmente en estas primeras etapas.
En Freycoo tenemos disponibles gran variedad de modelos entre los que puedes elegir, todos muy respetuosos y adecuados para el correcto crecimiento y desarrollo del piececito de tu bebé.
Si te preguntas por qué es esto tan importante hay que tener en cuenta que los pies son uno de los órganos con mayor importancia en su desarrollo, no solo porque lo ayudarán a moverse, sino porque le proveen de equilibrio y postura, y si no se cuidan puede acarrear graves daños a su salud y sistema locomotor a la larga. Hay signos que cualquier pediatra te dará a conocer a la hora que tu pequeño empiece a caminar y que te dará pistas de que algo no funciona bien con sus pies como por ejemplo:
- Pies curvos: Ambos pies suelen orientarse “hacia dentro” cuando empieza a caminar, esto puede dificultar su movimiento y hacerlo tropezar. Los pediatras aseguran que se resuelve comúnmente de forma natural a medida que el niño va creciendo.
- Pie plano: Se presenta cuando la curvatura natural, o arco del pie es inexistente, normalmente es más más visible a partir de los 4 o 5 años de edad y con el tiempo se hace más pronunciado. En caso de no ser así puede presentar un pie plano, que a la larga causa dolor y problemas de postura.
- Pie cavo: Es lo opuesto a lo antes descrito, en vez de un arco plano se tiene uno muy marcado que en los bebés no presenta mayor incomodidad puesto que se acostumbran, pero que en la adolescencia causa dolor por lo que es necesario un tratamiento correctivo como el uso de plantillas por ejemplo.
- Caminar en puntillas: Sucede cuando los bebés y niños caminan sobre las puntas de los dedos y no apoyan el pie completo. Es una conducta natural de casi todos los niños y tiende a desaparecer con el tiempo y la edad. Si por el contrario persiste al crecer, puede ser indicio de otros problemas de locomoción por lo que es necesario llevarlo al especialista para que determine el tipo de tratamiento a seguir.
Si bien estos problemas no son todos, suelen ser los más frecuentes y de los que los pediatras suelen estar más atentos a medida que tu hijo crece, por ello se hace hincapié en la importancia de utilizar los zapatos adecuados y respetuosos en los pies de los bebés. Evitar lo máximo posible el uso de calzado restrictivo y dejarlo andar libre y cómodo es lo más recomendable, eso evitará sufrimiento y malformaciones que le causarán dolor y molestia. La correcta movilidad de los bebés es fundamental en su crecimiento, unos pies sanos le proporcionarán un desplazamiento seguro a la hora de explorar el mundo circundante, ya sea que camine tocándolo todo, corra detrás de una pelota junto a sus amigos o escale el árbol más alto para convertirse en todo un expedicionario.